Add parallel Print Page Options

Se ayudan unos a otros
    y se dicen «¡ánimo!»
El artesano anima al orfebre;
    y el que deja maleable el metal
    con el martillo anima al escultor,
diciéndole: «La soldadura está lista»;
    y con clavos fija bien el ídolo
    para que no se caiga.

«Pero tú eres Israel, mi siervo;
    Jacob, mi elegido;
    descendiente de Abraham, amigo mío.

Read full chapter